miércoles, 14 de noviembre de 2018

NUESTRA REALIDAD SOCIAL.
La delincuencia política, la delincuencia del sistema político dominicano. Es la acción de delinquir, la delincuencia, está vinculada a las personas que violan las leyes y al conjunto de delitos, más aun de aquellos que las conocen.
Típicas expresiones de los ciudadanos: la comunidad está cansada de tantos delincuentes, las personas están abrumada por los delincuentes.
La delincuencia de la clase dirigencial, es el principal flagelo de Este país. La desigualdad social está vinculada al crecimiento de la delincuencia, la falta de una educación apropiada, las pocas oportunidades de desarrollo para la juventud, la no inserción de los profesionales jóvenes al sistema productivo nacional.
La delincuencia de la clase dirigencial del país.
La clase política no se ha interesado en solucionar los problemas sociales, que afectan al país, estos solo se concentran en obtener el poder político y económico, para su propio bienestar, dejando a un lado la población marginal, carente de verdadera política pública, en materia de programas sociales, dignos y sostenibles. 
Nuestra sociedad actual, es el producto de la falta de visión de la clase política Dominicana. 
La educación, es el punto principal, para lograr una notable disminución de los niveles de pobreza existente en nuestra sociedad, una instrucción técnicas vocacional, que nos permita tener un desarrollo integral, con participación de todos los actores, que tienen poder de decisión en la sociedad Dominicana.
En la República Dominicana. Hay corrupción, delincuencia y descrédito de la clase política. Las relaciones sociales han sido asimétricas, injustas y con tendencia a la dominación y explotación de unos sectores sobre otros.
Los problemas de salubridad, vivienda, desempleo, exacerban comportamiento violento que afectan el orden público y la seguridad ciudadana.
La población está preocupada, ociosa, la falta de oportunidades, las migraciones, la pérdida de valores, ha convertido la conducta de muchos dominicanos, en agresivos y temerarias.
La intolerancia, la prepotencia, la ley del más fuerte, la ausencia de civismo, las discriminaciones tienen su trastornos en factores de orden estructural, como la masificación urbana, la ausencia de servicios básicos, la falta de empleo y la pobreza, crean tensiones sociales, que rompen los patrones de convivencias pacifica entre los ciudadanos.


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